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● CEO (Chief Executive Officer): director/a ejecutivo/a
● GPT (Generator Pre-trained Transformer): transformador generador prentrenado
Desde sus inicios, la informática ha sido mucho más que un conjunto de tecnologías; ha actuado como una fuerza transformadora en nuestra sociedad, desde las primeras computadoras hasta la inteligencia artificial actual, para la construcción de un futuro más eficiente, accesible y conectado. Sin embargo, muchos continúan viendo este “remplazo” como una amenaza, sin dimensionar el verdadero efecto que tienen estos avances.
En el último siglo, hemos sido testigos de una transformación radical, donde industrias enteras han sido redefinidas y reinventadas. Aunque sobran ejemplos, un caso claro es la industria de la fotografía, donde Kodak, que supo ser un gigante, fue desplazada por las cámaras inteligentes en los dispositivos móviles que capturan con un nivel de precisión y calidad inimaginables.
Kodak, con su dominio del mercado y su vasta fuerza laboral, es ahora un recuerdo lejano. Sin embargo, los empleados de Kodak no duermen en las calles. La tecnología ha creado nuevas oportunidades, y estos trabajadores han encontrado su lugar en otros sectores, demostrando la capacidad de adaptación de la sociedad.
Una de las tecnologías más discutidas de los últimos años fue el Chat GPT, por su capacidad de “remplazar la capacidad humana de pensar” que provoca un temor que es infundado. Como toda tecnología, su aplicación potencia la capacidad de pensar humana, la expande, la hace más eficiente. Antes, investigar un tema podía llevar semanas, meses, o incluso años de acuerdo a la profundidad necesaria. Hoy, con las preguntas correctas, podemos obtener pilas de datos útiles en cuestión de segundos. ¿Qué es lo que remplazamos?, las horas perdidas en esas tareas, mientras ganamos tiempo de utilizar estos conocimientos para ser más productivos.
En el último siglo, hemos sido testigos de una transformación radical, donde industrias enteras han sido redefinidas y reinventadas. Aunque sobran ejemplos, un caso claro es la industria de la fotografía, donde Kodak, que supo ser un gigante, fue desplazada por las cámaras inteligentes en los dispositivos móviles que capturan con un nivel de precisión y calidad inimaginables.
Kodak, con su dominio del mercado y su vasta fuerza laboral, es ahora un recuerdo lejano. Sin embargo, los empleados de Kodak no duermen en las calles. La tecnología ha creado nuevas oportunidades, y estos trabajadores han encontrado su lugar en otros sectores, demostrando la capacidad de adaptación de la sociedad.
Una de las tecnologías más discutidas de los últimos años fue el Chat GPT, por su capacidad de “remplazar la capacidad humana de pensar” que provoca un temor que es infundado. Como toda tecnología, su aplicación potencia la capacidad de pensar humana, la expande, la hace más eficiente. Antes, investigar un tema podía llevar semanas, meses, o incluso años de acuerdo a la profundidad necesaria. Hoy, con las preguntas correctas, podemos obtener pilas de datos útiles en cuestión de segundos. ¿Qué es lo que remplazamos?, las horas perdidas en esas tareas, mientras ganamos tiempo de utilizar estos conocimientos para ser más productivos.

Esto se aplica a todas las soluciones que utilizan inteligencia artificial, remplazan la inteligencia humana en acciones que de otra manera serían mucho menos eficientes, como las cámaras de seguridad que pueden reconocer el rostro de una persona con antecedentes penales en segundos. Los trabajadores en seguridad siguen siendo necesarios, pero se adaptan a estas herramientas y su tarea se vuelve mucho más eficiente.
La Enciclopedia Británica, que alguna vez fue un símbolo de conocimiento y un lujo costoso, ahora es gratuita y portátil. La tecnología ha democratizado el acceso a la información, permitiendo que la educación y el conocimiento estén al alcance de todos. Este es solo un ejemplo más de cómo la innovación ha mejorado nuestras vidas y ha creado un mundo más conectado y accesible.
A mediados del siglo XX, la mecanización de la agricultura con el desarrollo de maquinaria agrícola permitió que una sola persona pudiera cultivar entre cincuenta y setenta hectáreas, más de diez veces la capacidad humana sin esta tecnología. Hoy, las cosechadoras modernas aumentan esta capacidad en hasta un 1000%, lo que despega la producción de alimentos y evita el desperdicio. Esto es solo un ejemplo de lo que puede hacer la tecnología, transformando industrias enteras.
La incorporación de una nueva tecnología siempre es disruptiva y transformadora, por eso la adaptación que acompañe el cambio es algo fundamental. La maquinaria agrícola remplazó las tareas que hacían cientos de trabajadores y las redujo a unos pocos, pero esos muchos que quedaron afuera pudieron convertirse en técnicos, en mecánicos y analistas para acompañar a la nueva agricultura.
Sin ir más lejos, en Argentina, dos de cada diez empleos corresponden a las cadenas agroindustriales, el 23% del empleo privado en todo el país (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina). La tecnología remplazó una tarea, pero permitió el crecimiento exponencial a su alrededor.
Tenemos por delante el desafío de adaptarnos a estas transformaciones, a cada nueva tecnología; ese es el único camino al progreso. Debemos estar dispuestos a aprender y explorar nuevas habilidades, aprovechando las oportunidades que la tecnología nos ofrece. La clave está en abrazar el cambio y aprovechar al máximo las herramientas que tenemos a nuestra disposición.
La Enciclopedia Británica, que alguna vez fue un símbolo de conocimiento y un lujo costoso, ahora es gratuita y portátil. La tecnología ha democratizado el acceso a la información, permitiendo que la educación y el conocimiento estén al alcance de todos. Este es solo un ejemplo más de cómo la innovación ha mejorado nuestras vidas y ha creado un mundo más conectado y accesible.
A mediados del siglo XX, la mecanización de la agricultura con el desarrollo de maquinaria agrícola permitió que una sola persona pudiera cultivar entre cincuenta y setenta hectáreas, más de diez veces la capacidad humana sin esta tecnología. Hoy, las cosechadoras modernas aumentan esta capacidad en hasta un 1000%, lo que despega la producción de alimentos y evita el desperdicio. Esto es solo un ejemplo de lo que puede hacer la tecnología, transformando industrias enteras.
La incorporación de una nueva tecnología siempre es disruptiva y transformadora, por eso la adaptación que acompañe el cambio es algo fundamental. La maquinaria agrícola remplazó las tareas que hacían cientos de trabajadores y las redujo a unos pocos, pero esos muchos que quedaron afuera pudieron convertirse en técnicos, en mecánicos y analistas para acompañar a la nueva agricultura.
Sin ir más lejos, en Argentina, dos de cada diez empleos corresponden a las cadenas agroindustriales, el 23% del empleo privado en todo el país (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina). La tecnología remplazó una tarea, pero permitió el crecimiento exponencial a su alrededor.
Tenemos por delante el desafío de adaptarnos a estas transformaciones, a cada nueva tecnología; ese es el único camino al progreso. Debemos estar dispuestos a aprender y explorar nuevas habilidades, aprovechando las oportunidades que la tecnología nos ofrece. La clave está en abrazar el cambio y aprovechar al máximo las herramientas que tenemos a nuestra disposición.
Por Marcos Victorica
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