Energía segura en los momentos más críticos

PDF del artículo
Fabián Rodríguez, es el presidente de Power Systems Argentina SA, empresa seguramente conocida por su marca de UPS, Polaris. En este contexto de cuarentena por pandemia de rápido contagio para el cual aún no hay una vacuna, una unidad ininterrumpible de energía pasó a ser un elemento muy importante, quizá tanto como un respirador. Ya sea para poner en pie un nuevo hospital, para acondicionar los existentes, o simplemente para favorecer la posibilidad de home office y así mantener la vida cotidiana lo más normalmente posible, hace falta suministro eléctrico y, además, que no se corte (faltaba más).
Con tanta experiencia pasada en seguridad electrónica, Fabián es un excelente interlocutor para aprender sobre cámaras térmicas.
Respetando las restricciones en la circulación y todos los nuevos protocolos de sanitización, la empresa siguió andando. Entre sus aventuras, cuenta haber salido corriendo un sábado a la madrugada para atender una emergencia, quizá la más grave, pero no la única que la mantuvo ocupada.
Asimismo, con tanta experiencia pasada en seguridad electrónica, Fabián es un excelente interlocutor para aprender sobre cámaras térmicas, estos equipos que se colocan en los ingresos de los establecimientos para medir la temperatura de las personas y que prometen ser objetos cotidianos de nuestro futuro más próximo.
Ingeniería Eléctrica entrevistó al susodicho. A continuación, sus palabras.
Fabián Rodríguez, es el presidente de Power Systems Argentina
¿Cómo encontró la nueva realidad a Power System?
Durante los primeros quince días, todo lo que tenía que ver con centros de datos se vio sacudido: como estaba todo el mundo con home office, todo el mundo salió a hacer implementaciones. Y para nosotros fue una revolución, porque debíamos atenderlos a todos pero al principio no había tanta información sobre nuevas medidas, o sobre permisos de circulación, dónde tramitarlos, y demás. Hoy todo eso es cotidiano.
Además, nos agarró en obra. Nos mudamos en octubre del 2019, y todavía hay algunas obras que estamos terminando. Pero de la noche a la mañana, los albañiles no vinieron más. Solo personal directivo venía a la planta, y los técnicos. Los únicos que tenían permiso eran los técnicos y exclusivamente para ir a dar servicio.
La empresa nunca dejó de trabajar...
Exacto. La nuestra es una empresa que está habilitada desde el primer día porque damos suministro crítico. Pero la planta se mantuvo cerrada, solamente veníamos para buscar un equipo para brindar el servicio específico. Por las características de lo que comercializamos, dentro de la oferta de nuestros productos está el servicio. Es decir, más allá de representar una marca de UPS, o de cables, o de fibra óptica, o de seguridad perimetral, tenemos contratos de servicio. Hay clientes que dada esta circunstancia, pasaron a ser críticos, como hospitales. Nosotros atendemos a varias clínicas, hospitales, bancos, centros de datos, laboratorios. Si la UPS de un hospital falla, hay que darle servicio, también hay que hacer mantenimiento, etc.
Han pasado ya varios meses de cuarentena, ¿cómo se encuentra la empresa ahora?
De manera gradual fue agilizándose, quizá porque todos nos fuimos acostumbrando a la nueva operatoria. Hay mucha menos gente en la empresa, nos organizamos por turnos para evitar que las personas se crucen, hay áreas que vienen día por medio, hay alcohol en gel a disposición, hay nuevas técnicas de limpieza, almorzamos individualmente, evitamos la calefacción central para que no circule el mismo aire, no entra público ajeno a la planta, los equipos se despachan por expreso ¡y hasta tenemos barbijos personalizados con nuestra marca! O sea, además de cumplir con todos los protocolos de higiene, se generó toda una cultura de sanitización.
¿Podés compartir algunos de los trabajos realizados durante este tiempo?
Hubo casos en los que quizá el cliente no tenía el banco de baterías en condiciones (porque no era cliente de servicio) y nos solicitó un recambio o contrató un servicio de mantenimiento preventivo. Había temores por cortes de luz, entonces muchos se preocuparon por el estado de sus baterías. Normalmente, hicimos cambio de banco de baterías: hubo un caso de recambio de 80 baterías e incremento a 120, fue a una clínica, se le puso un banco adicional.
Además, aumentó la demanda de ciertos equipos pequeños y domésticos, sospecho que para poder hacer home office. También equipos chicos para hospitales, quizá 6 o de 3 kVA online, seguramente para los nuevos hospitales de campaña. Claro, hacer un hospital nuevo no es solamente agregar colchones, es también sumar servicios de hospitalización y para eso hace falta energía: para una sala de operaciones completa, un aire acondicionado o un simple resonador. Los resonadores incluyen su UPS, pero se les agrega otro por seguridad.
“[El incendio] ocurrió un sábado a la una de la mañana y tuvimos que salir corriendo. En cuestión de horas, les llevamos equipos nuevos y pudimos restablecer el servicio”.
Hubo corridas a la madrugada, ¿querés contar ese episodio?
El más emblemático fue el caso del banco, se le incendió el centro de datos y tuvimos que reemplazar todos los equipos. Por un manejo erróneo, provocaron un incendio que ocasionó la caída total del suministro eléctrico del datacenter, se prendió fuego el rack de UPS. Era un UPS modular de 80 kVA, cinco módulos con cuatro operativos y uno de redundancia, pero ante la magnitud del evento quedó todo fuera de servicio. El equipo resistió bien, sus características intrínsecas soportaron los arcos de descarga y más allá de los fogonazos y del principio de incendio, quedó circunscripto ahí, no se dañó nada más. La falla fue humana: le pusieron toda la carga de golpe, los tableros no lo soportaron, saltaron las protecciones, pero se lo volvió a forzar. Ocurrió un sábado a la una de la mañana y tuvimos que salir corriendo. En cuestión de horas, les llevamos equipos nuevos y pudimos restablecer el servicio.
Sus equipos son importados, ¿cómo pudo la empresa trabajar con su stock?
Nosotros trabajamos mucho con China, en donde el problema con el COVID comenzó en diciembre. De hecho, tuvimos dos embarques muy demorados porque ellos cerraron por Año Nuevo y después no abrieron más. Todo lo que hicimos fue con stock disponible. Para trabajar con productos de esta índole, es forzado tener stock porque los tiempos de reposición son leoninos: una importación normal tarda 90 días. Además, nosotros abarcamos equipos desde 0,6 kVA interactivos hasta 400 kVA, y tenemos stock de todo, nuestra planta tiene una superficie de 1.200 m2.
“Por las características de lo que comercializamos, dentro de la oferta de nuestros productos está el servicio. [...] Si la UPS de un hospital falla, hay que darle servicio, también hay que hacer mantenimiento, etc.”.
Además de UPS y servicios asociados, ¿ofrecen seguridad electrónica?
Hace varios años que trabajamos con líneas de cable estructurado, fibra óptica, láser, seguridad electrónica, cámaras térmicas, etc. De hecho, estábamos planificando este año para expandir el área de protección perimetral con fibra óptica y láser, pero ante esta situación, ganan relevancia las cámaras térmicas. Son todas tecnologías de alta prestación, de alta gama que ya podemos ofrecer hoy. He trabajado gran parte de mi vida con estos temas, más de treinta años, de hecho, trabajé en la primera empresa que abarcaba seguridad electrónica del país. Conozco proveedores, conozco tecnologías, sé del tema.
¿Qué podés comentar respecto de las cámaras térmicas?
Para la entrada de un ingreso masivo, creo que lo que sirve es un sistema con cámara térmica que vaya testeando. Primero identifica rostro y mide temperatura en la frente, si la persona tiene un vaso caliente en la mano, no lo mide. Solo toma la frente y mide la temperatura con una exactitud de 0,02 grados. Puede medir hasta 30 personas en forma simultánea. Si alguien presenta valores por encima de lo acordado, se dispara la alarma. Creo que esto va a ser casi obligado a futuro. Ese sistema no es solo una cámara, incluye un “cuerpo negro”, un software, etc.
Otra opción mucho más económica es un control de acceso por biometría, por reconocimiento de rostro: tiene lector de proximidad para tarjeta o tag, identifica el uso del barbijo y mide la temperatura de la muñeca por láser, sin contacto físico.

Todas las publicaciones de: 
Número: 
Mes: 
Año: