Todos los que estamos relacionados con las instalaciones y la seguridad eléctrica sabemos que no hay que abandonar el camino emprendido desde que abrazamos esta carrera. Porque cuando abandonamos nuestro puesto de lucha, lo toman otros, y casi siempre, lamentablemente, son otros que no cumplen con los objetivos de calidad y seguridad que estipulan las normas y reglamentaciones vigentes, sean estas nacionales, provinciales o municipales.
En general, los profesionales matriculados o inscriptos en los registros de las jurisdicciones no las cumplen, evitan el compromiso de poner su firma en cada presentación, y entonces aparecen los profesionales “presta firma” sin ningún tipo de ética ni escrúpulos.

Por otro lado, los instaladores que realizan las instalaciones deben ser muy cuidadosos con este tipo de operaciones, porque a pesar de no poner la firma, en el caso de un siniestro pueden ser acusados en la cadena de corresponsabilidades.
Desde este editorial les recomendamos a todos los profesionales e instaladores que tengan presentes estas situaciones, que realicen las capacitaciones necesarias a fin de obtener su título o registro habilitante y responsabilizarse ante las autoridades que correspondan.
Que tengan en cuenta, también, que lo conveniente es recomendarle al cliente que por lo menos dos veces al año revise y controle la instalación a los efectos de evitar problemas por su deterioro o por la modificación en las cargas debido a la incorporación de nuevos artefactos de consumo.
Esperemos que todos colaboren para seguir este camino.  
Hasta la próxima.